Y bueno, el
amor es eso en algún momento de tu vida, fuerza, ímpetu, locura desmedida y
algo más. Seguramente más de uno de ustedes ha vivido estos momentos mágicos
que la vida nos ofrece. Y justamente por
eso pienso que estos son los instantes, que en algún momento los llamamos
sueños de amor, porque son como los sueños, instantes que se quedan guardados en lo
profundo de nuestros recuerdos y no importa el tiempo que duraron y hace cuanto tiempo paso, están ahí simplemente.
¡Que
momentos! Si cierran los ojos y se permiten un recuerdo, seguramente
encontraran uno vivido, quien puede decir que no los ha vivido, nadie, creo que una vez en la vida todos tuvimos la
misma oportunidad, unos vivimos mas intensamente que otros pero igual fueron
momentos únicos y son de esos momentos que se guardan en el baúl de los recuerdos.
Recuerdo
que en la época en la que viví este “sueño de amor”, lo viví intensamente y
creo que es justamente por eso que aun cuando pienso en este momento, soy capaz de
transportarme al instante mismo. Fue un buen tiempo, como es cada uno que
vivimos, pero estos, donde están mezclados las emociones y los sentimientos son
siempre los mejores.
Mismo lugar
misma hora, en la plaza al frente de la gran pileta, había un banco donde cada
día nos dábamos una cita al final del día. Sin palabras simplemente nos
mirábamos a los ojos y decíamos: ¿nos vamos? Y si, textualmente era eso que hacíamos,
caminábamos juntos tomados de la mano rumbo al lugar de siempre.
Y si, luego
de subir esa fila de escaleras interminables que nos llevaba a la parte mas alta de la
ciudad. Una vez en él, nos sentábamos uno al costado del otro y desde lo alto veíamos la
ciudad completa, seguramente que nos sentíamos
dueños del mundo, ahí un día mas, en el que no mediamos tiempo ni espacio, en
el que el simple hecho de estar juntos era lo importante.
Apreciar la belleza de la vida desde nuestro rincón,
que más podíamos pedir, ver pasar las horas sentados al borde de ese muro cómplice
de mil horas de encanto, estar ahí mirando como las nubes se tornaban de colores para luego transformarse en el fondo oscuro
de la noche, un placer inigualable.
Ver como
las luces de la ciudad invadían nuestro momento y el ruido del viento nos hacia
realizar que el tiempo había pasado sin darnos casi cuenta. Ahí estábamos solos lado a lado, sin decir palabra, solo mirando en la misma dirección,
probablemente con pensamientos
diferentes, pero ahí juntos, en el atardecer.
Quien puede
decir que no sintió esos cosquilleos en la panza, esa emoción de encontrar el
amor en el mismo lugar, cada día, durante días y días. Quien puede decir que no vivió un
sueño de amor… yo si y aun lo recuerdo y aun lo siento y aun lo vivo cada vez
que lo recuerdo.
La vida
esta compuesta de miles de recuerdos, buenos y menos buenos y es un privilegio
recordar cada uno de ellos, donde quiera que estés compañero de sueños, gracias por estos momentos que compartimos juntos.
Debemos de dar gracias a la vida por estos momentos mágicos que nos permite escribir nuestra historia, por esos momentos que nos permite ver que cada instante en nuestra vida puede ser único, como cada noche nuestros sueños.
Debemos de dar gracias a la vida por estos momentos mágicos que nos permite escribir nuestra historia, por esos momentos que nos permite ver que cada instante en nuestra vida puede ser único, como cada noche nuestros sueños.
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